Erno Rubick en 1974, a los 29 años, diseñó el rompecabezas con cubos de madera y clips. Un año más tarde patentó su fantástico invento, que con el pasar de los años sigue atrayendo a niños y adultos.
Como todos sabemos, el objetivo del juego es rotar cada uno de los tres ejes que lo forman para conseguir que cada cara se quede formada por un solo color. Aunque esto parece simple, este es uno de los rompecabezas más difíciles que podemos encontrar.